
El 18 de octubre pasado se cumplió un año del inicio de la más grande revuelta popular recordada en Chile desde hace décadas. Durante semanas el pueblo chileno salió a las calles en todas las regiones del país a protestar por sus derechos, expresando el hartazgo de décadas de impunidad, represión y violaciones permanentes hacia los derechos más elementales como la educación, la salud, la jubilación, la vivienda, el agua y la vida misma.
Enormes lienzos y carteles cubrían los edificios con la palabra “DIGNIDAD”, “NO LES TENEMOS MIEDO”, “CHILE DESPERTÓ”. La vida cotidiana de las ciudades comenzaba a transformarse, y a partir de un “simple” reclamo por el aumento en los medios de transporte, nadie imaginaba lo que iba a suceder.
Los atropellos, el saqueo, la represión, habían comenzado mucho tiempo atrás, eran décadas de injusticias, y en esos días se multiplicaban los gritos por el derecho a la dignidad, a la vida digna, y para eso, había que salir, poner el cuerpo y como gestos de resistencia, rebeldía e insumisión volver a ocupar las calles y a las plazas.
Y aparecieron las juventudes con sus bicicletas, sus carteles, sus barricadas, las sartenes, cacerolas y cucharas, las familias, los vecindarios y las poblaciones organizados, y las plazas y calles fueron de a miles, hasta del millón…
Durante los meses de protestas (hasta el inicio de la pandemia) el gobierno de Sebastián Piñera reprimió salvajemente, y llevó adelante gravísimas violaciones a los derechos humanos que fueron denunciadas a nivel nacional e internacional. Según dato publicados en los informes realizados por la Comisión de Observadores de Derechos Humanos de la Casa Memoria José Domingo Cañas publicado hace días (http://www.josedomingocanas.org/archivo-noticias/el-estallido-de-octubre-2019-chile-informe-sobre-violaciones-a-los-derechos-humanos/), y por el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (https://www.indh.cl/informe-de-ddhh-en-el-contexto-de-la-crisis-social/), entre otros, el Estado Chileno es responsable de los siguientes hechos:
– más de 20 mil personas detenidas por las fuerzas represivas entre el 18 de octubre de 2019 y enero de 2020
– alrededor de 3500 personas heridas y atendidas en hospitales y centros de salud
– 350 personas con heridas oculares, entre las que se cuentan estallidos del globo ocular, pérdidas de visión por trauma ocular irreversible y traumas oculares
– 570 personas que sufrieron torturas
– 135 casos de violencia sexual
– 22 personas asesinadas
Según datos de la Fiscalía de Chile, 5084 personas fueron procesadas judicialmente por su participación en la revuelta, y aproximadamente 650 se encuentran privados de su libertad.
Las inmensas movilizaciones, marchas y revueltas de distintos sectores de Chile han dicho BASTA al gobierno, han exigido la renuncia de Piñera, y demandan reformas profundas a la constitución nacional nacida bajo la dictadura genocida de Pinochet y vigente hasta el día de hoy.
En ese camino de lucha, a pesar del gobierno y de los partidos políticos cómplices, de la burocracias, de la clase dirigente connivente, y del poder económico y mediático, se logró instalar un referéndum para dar comienzo al proceso de modificación de una nueva constitución. Ese proceso eleccionario tendrá lugar este domingo 25 de octubre, con reservas y desconfianzas por los artilugios utilizados para realizar una convención constituyente sin que nada se cambie de fondo, y con la participación de los mismos actores políticos que desde hace décadas llevan al país a esa situación. Sin embargo, miles de chilenas y chilenos participarán activamente en este nuevo paso.
Desde la AEDD continuamos acompañando la lucha y la resistencia del pueblo chileno en esta y en todas las jornadas de sueños y rebeldías, hasta que la dignidad se haga costumbre!
Asociación de Ex -Detenidos Desaparecidos, octubre de 2020