
Desde hace años la AEDD viene denunciando la lentitud en la instrucción de las causas a los genocidas de la última dictadura militar, su fragmentación, el desarrollo en juicios por pocos casos y pocos represores. Todo apuntando a la impunidad de los crímenes atroces cometidos por los represores..
A la lentitud y fragmentación de las causas se suman sentencias paupérrimas a represores muy reconocidos y otros no tanto.
Uno de estos casos es el de Víctor Roberto Olivera “alias Lindoro”, sangriento integrante del grupo de tareas de la Esma, donde cumplió el rol de jefe de los guardias o “verdes” que nos custodiaban.
Después de estar varios años prófugo fue apresado y en la última causa Esma Unificada fue condenado por el homicidio de Raimundo Villaflor y por 98 casos de secuestros, torturas, sustracción de menores, violaciones y abusos deshonestos. Incluso Olivera confesó en su testimonio ante el tribunal que los secuestrados que morían en la Esma eran incinerados en el campo de deportes.
Con todos estos cargos sólo fue condenado a 14 años de prisión. Sentencia que fue apelada por las querellas.
Ahora el Tof 5 a cargo del juicio lo excarcela, lo deja en libertad por haber cumplido una parte de la pena.
Denunciamos que esta decisión es un nuevo paso hacia la impunidad de los genocidas. Quienes cometieron estos delitos atroces imprescriptibles no pueden ser favorecidos por ninguna regla que acorte su condena.
De esta manera, a la “impunidad biológica” (que ocurre cuando los genocidas fallecen sin condena o nuestros compañeros mueren sin justicia) y a las domiciliarias se agrega la libertad lisa y llana por haber cumplido una parte de una condena, irrisoria si se tienen en cuenta los delitos cometidos.
Ningún genocida confiesa qué fue de los desaparecidos, dónde están, cuál fue su destino, por lo tanto siguen cometiendo los delitos por los que fueron juzgados..
La libertad de “Lindoro” Olivera no es un caso aislado. La política del Gobierno Nacional de negación del genocidio, apoyo al gatillo fácil con la doctrina Chocobar, la intención de incluir a las FFAA en la represión interna, el apoyo a las domiciliarias a los genocidas, los intentos de reconciliación, son pasos hacia la impunidad y el olvido. Política secundada por un Poder Judicial que se acomoda a los vientos políticos del momento.
Desde la AEDD planteamos la necesidad y la urgencia de conseguir la más amplia unidad para derrotar esta ofensiva política, exigiendo el retorno de los genocidas a la cárcel común y efectiva, desarrollando la organización, encontrándonos en las calles, resistiendo y luchando
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