Para ti, para la serie // larga y negra de tus crímenes horrendos,
cien millones, mil millones de centurias //son un soplo.
Te reclaman los archivos de lo eterno:
vida eterna, fuego eterno, llanto eterno,//sin Plutarcos,
sin siquiera la sonrisa de Caín el fratricida:
dolor pleno, dolor sumo, dolor puro // por los siglos de los siglos;
y en aquella angustia eterna, // tú y Satán.
ALMAFUERTE
Murió en la comodidad de su casa el genocida Gustavo Adolfo Cacivio, nadie más que la naturaleza y la biología decidieron su hora. Tuvo un lecho de muerte, no estaba atado a un elástico mojado, nadie le pasaba electricidad por su cuerpo, nadie lo estaba violando, nadie le robó al hijo o hija de su vientre, nadie sometió a su familia a la terrible angustia y dolor de buscarlo por cielo y tierra, para finalmente y con un “poco de suerte” encontrarlo en una fosa común y poder rescatar algo, aunque más no sea un lugar para llorarlo o llorarla. Murió el francés y tendrá la suerte de infectar la tierra como infectó, durante toda su impunidad, el aire que respiró.
En el año 2013, una de sus víctimas, un compañero secuestrado el 9/5/78 por su pertenencia a la UES, aporta la verdadera identidad del “Francés” hasta ese momento desconocida, de esta manera el Juzgado de Instrucción que lleva la causa, a cargo de Rafecas, ordena la detención de Gustavo Adolfo Cacivio, ya con el grado de Coronel, posibilitando su juzgamiento.
Prontuario y condena:
Cacivio, el tal francés, se desempeñó como responsable del Centro Clandestino de Detención (CCD) Vesubio durante todo el año 1978 (última fase operativa de este Centro), sólo durante ese año, allí fueron detenidos, desaparecidos, torturados y asesinados alrededor de 1000 compañeros y compañeras. En el año1977, a la par de ser uno de los genocidas que decidían sobre quienes vivían o morían en los CCD de Arana y La Cacha pertenecientes al Circuito Camps, fue asiduo concurrente a Vesubio “colaborando” con quien lo tenía a su cargo el Mayor E. Durand Sáenz. El Francés, era el más alto rango de autoridad en dichos CCD, con él estaban habilitados “todos los métodos” para conseguir información. El genocida Cacivio era quien decidía frenar las sesiones de tortura o llevarlas hasta la muerte y también quien ordenaba el “traslado“ de los detenidos y detenidas. Parte de sus “servicios” consistían, también, en participar en los secuestros, a la vez controlaba el botín de los operativos de los cuáles se beneficiaba y de las torturas con arengas y flagelaciones incluidas.
Durante el año 2014 se desarrolló el segundo juicio al los genocidas del CCD Vesubio que culmina en diciembre de ese año y dónde se dictan cuatro condenas a cadena perpetua por asesinatos, desapariciones, torturas y todo tipo de crímenes de lesa humanidad, una al represor del Servicio Penitenciario Federal Cendón, prófugo hasta el año anterior y las otras 3 a los oficiales de Ejército Minicucci, Crespi y Gustavo Adolfo Cacivio. También en el mismo año, el francés, es uno de los 15 condenados a perpetua por el TOF 1 de La Plata por iguales crímenes de los que fuera autor en La Cacha.
Nuevamente la impunidad:
En Abril de 2017 el TOF 1 de La Plata abre la posibilidad de irse a su casa al genocida por su condena en el juicio al CCD La Cacha, y finalmente en febrero del año 2018, con el pronunciamiento del TOF 4 de Capital, por el juicio del CCD Vesubio, Cacivio logra que su condena a “perpetua” se convierta en domiciliaria, obteniendo así la libertad de irse a su casa. El genocida luego de 36 años de impunidad solo cumplía 5 en una prisión de privilegio, por lo que su fallecimiento, después de haber dejado en vida una aberrante estela de criminalidad y bien ganado repudio, nos deja en cuanto a justa reparación, sabor a poco.
Desde la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), deseamos al genocida Cacivio QUE EN PAZ NO DESCANSE. Ante su muerte, como lo hicimos durante su vida, junto a los y las 30.000, redoblamos nuestro compromiso de seguir luchando por JUICIO Y CASTIGO, CON CÁRCEL COMÚN PERPETUA Y EFECTIVA A TODOS LOS GENOCIDAS.
ASOCIACION DE EX DETENIDOS DESAPARECIDOS (AEDD)