Se cumplen 14 años de la segunda desaparición forzada de Jorge Julio López. Ese 18 de septiembre de 2006 los abogados patrocinantes de organismos nucleados en Justicia Ya La Plata y Buenos Aires de Jorge Julio López a Nilda Eloy y nuestra asociación, debían desarrollar los alegatos que demostraban la existencia de un genocidio en nuestro país y la responsabilidad del represor Miguel Osvaldo Etchecolatz como mano derecha de Ramón Camps. Jorge Julio López, ex detenido-desaparecido, que después de muchos años de silencio puso en palabras sus recuerdos del horror vivido para acusar a sus torturadores, no llegó a la sala de audiencias.
Ese mismo día denunciamos su desaparición. Su secuestro intentaba frustrar los alegatos e impedir que la condena recoja lo que allí se planteaba. Su desaparición fue la respuesta al fallo histórico que conseguimos: por primera vez una sentencia estableció que en nuestro país hubo un genocidio. Fue una clara advertencia para que los juicios no continuaran en esta línea porque hacía peligrar la impunidad de la que gozan la inmensa mayoría de los represores.
Ahora, ahora, resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables.
Miles salimos a las calles, ese primer viernes en La Plata bajo una lluvia torrencial y casi sin darnos cuenta volvimos a gritar la consigna, la de tantas plazas y calles, la que creíamos del pasado y del nunca más.López no fue el primer desaparecido posterior a la dictadura: Miguel Bru, Andrés Nuñez, Marita Verón, y fue seguido de muchos otros, Luciano Arruga, Daniel Solano, Santiago Maldonado, Facundo Astudillo Castro, son solo algunos ejemplos. Al “caso López” lo distinguió el hecho de reinstalar la desaparición como práctica genocida, demostrando que es posible que vuelva a suceder lo que imaginábamos desterrado. Fue una confirmación más de lo que siempre dijimos, la impunidad sólo genera impunidad.
En el año 2011, publicamos un libro de homenaje a Julio y decíamos: “ El gobierno es responsable de su aparición con vida (la de López) y debía haber dado los pasos precisos y contundentes que siempre le exigimos: exonerar a todos los integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad que se desempeñaron durante la dictadura, anular inmediatamente los indultos de los genocidas, promover la remoción de jueces y fiscales cómplices, impulsar juicios por campo de concentración o por circuito represivo donde se juzgue por el delito de genocidio a todos los represores y a sus cómplices civiles.”
La impunidad es una construcción mancomunada, cuya responsabilidad es de los gobiernos constitucionales anteriores a Néstor Kirchner y Cristina Fernández, también de éstos y de los posteriores porque no hicieron lo necesario para terminar con tantos represores sueltos fuera o dentro de las filas policiales o militares. La responsabilidad criminal es, sin duda, de los autores materiales del secuestro y desaparición de Julio, pero la responsabilidad política y ética, como denunciamos desde un primer momento, es de los gobiernos nacional y provincial.
Esta construcción no fue ni es solo del poder político, a ella confluyen todos los poderes del Estado. A la par en que los funcionarios políticos negaban la posibilidad del secuestro, insistiendo sobre que Julio estaba perdido o escondido,desde el Poder Judicial responsable del esclarecimiento y enjuiciamiento de todos los autores, solo hemos recibido, el silencio de la impunidad, el silencio de la complicidad. Dimes y diretes entre jueces y sus “competencias” que a la postre resultaron en incompetencia. Formación de un expediente con decenas de miles de hojas, pistas falsas, videntes, fiscalías especiales y otros “auxiliares” de justicia que solo sirvieron para llevar carretillas de hojas de un despacho al otro pero cuya meta final es la de la impunidad, el mismo camino que se pretende dar a las investigaciones por las desapariciones seguidas de muerte de Santiago Maldonado y Facundo Astudillo Castro.
La bonaerense, ayer, hoy y siempre.
Al finalizar la primera marcha en La Plata, escuchamos de boca del entonces gobernador Solá y sus funcionarios Arslanián y Binstock, la transmisión de una idea que anticipaba la política de la que no se apartarían ni un ápice los sucesivos gobiernos provincial y nacional: Esa noche los funcionarios respondieron que estaba en peligro la gobernabilidad de la bonaerense.
La Policía de la Provincia al momento de la desaparición de López tenía en sus filas más de 3.000 efectivos que en los años 76 y 77 estuvieron destinados a las dependencias donde funcionaron centros clandestinos de detención y ningún gobierno constitucional separó ni investigó. Está claro hoy, que en ese momento ya habían renunciado a encontrar a nuestro compañero Jorge Julio López y habían renunciado a detener, juzgar y condenar a los responsables, comenzando este largo camino de impunidad del que este 18 se cumplen 14 años.
Esa idea de gobernabilidad de la bonaerense siguió su camino de impunidad y generación de nuevas desapariciones, Luciano Arruga en el 2009 y Facundo Astudillo Castro el 30 de abril de este año, solo para nombrar algunos. Los motivos, distintos, pero las formas casi calcadas: negación de la desaparición, sospechas sobre las propias víctimas y su entorno familiar o de amigos, la policía “investigándose” a sí misma, reconocimiento tardío de la desaparición por parte de jueces y fiscales que llevan a allanamientos y procedimientos inconducentes, etc. Esta construcción, claro está, viene siempre profusamente acompañada por los grandes medios de comunicación que se transforman en cómplices de la “naturalización” de la desaparición.
Hace pocos días esta misma fuerza, potenciada en número y armamento por los sucesivos gobiernos, protagonizó un alzamiento enmascarado en aumento salarial, pero fogoneado por quienes siguen buscando impunidad para seguir con las desapariciones, para seguir con la tortura y muerte en comisarías, para seguir con el gatillo fácil, en definitiva para seguir siendo la misma fuerza mafiosa, integrada por “retirados” y activos formados en las escuelas de Camps y Etchecolatz, que secuestró y desapareció por segunda vez a nuestro compañero Jorge Julio López. No podemos dejar de asociar este movimiento a la nueva búsqueda de impunidad por la desaparición forzada seguida de muerte de Facundo Astudillo Castro y a la actuación encubridora y de defensa corporativa que hizo de la policía el ministro Berni. Tanto el gobierno provincial como el nacional reflotan la idea de “gobernabilidad” que como hemos visto en el caso López y en tantos otros da como resultado la impunidad.
No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos!
Con la desaparición de Julio López la derecha fascista pretendió reinstalar el miedo y las prácticas genocidas que nos retrotraen a la dictadura. Pretendieron frenar aquel primer e histórico fallo de genocidio, pretendieron parar los juicios amedrentando a víctimas, testigos, abogadas y abogados y a los propios jueces, hoy a 14 años podemos afirmar que no lo lograron, que los juicios siguieron y se extendieron por todo el país. Continuamos exigiendo mayor celeridad en los juicios, para que ningún genocida muera impune y ningún compañero o compañera muera sin lograr justicia, pero los juicios siguen. Denunciamos y peleamos contra las domiciliarias, pero seguimos logrando condenas a perpetua y que pese a esta terrible pandemia y aún en condiciones con las cuales no estamos, muchas veces de acuerdo, seguimos con los juicios. Que con las banderas de López y de los 30.000, junto a un pueblo movilizado dimos por tierra con las leyes del perdón y paramos el 2×1. Seguimos exigiendo con la misma fuerza y convicción con la que lo hicieron Adriana Calvo, Nilda Eloy, Cachito Fukman y Jorge Julio López por juicios a todos los genocidas y justicia por todos los y las compañeros y compañeras. Junto a ellos y a miles y miles que sostienen sus banderas, defendemos lo que hemos logrado y vamos por más. Ese es nuestro compromiso como ex detenidos y detenidas y seguimos afirmando que:
Por su ausencia, por su presencia, por Memoria, Verdad y Justicia, exigimos y seguiremos exigiendo la Aparición con Vida Ya de Julio López y el castigo a todos los culpables!
Jorge Julio López, Presente!
30.000 compañeros y compañeras detenidos-desaparecidos, presente!
Ahora y siempre!
ASOCIACIÓN DE EX DETENIDOS-DESAPARECIDOS (AEDD)