Juicios

Los juicios no sólo funcionan como espacios de penalización sino también como ámbitos de producción de memoria y verdad. Si bien desde la sociología puede analizarse el carácter relativamente ficcional de esta función, ello no le quita materialidad y efectos concretos en la constitución de las identidades sociales.

La AEDD reúne a gran cantidad de personas que han sido víctimas directas de las más graves violaciones a los derechos humanos. La mayoría de ellos sufrió el secuestro, desaparición, torturas, desaparición de sus hijos y el allanamiento de sus casas, y hoy son las principales víctimas y los testigos privilegiados, que deben enfrentar con sus testimonios los procesos judiciales contra sus perpetradores para lograr su juicio y castigo.

La AEDD ha acumulado una amplia experiencia a través de su participación, a partir de 1984, en todas las instancias judiciales abiertas tanto en Argentina como en el exterior (entre las más importantes se encuentran: Juicio a los Comandantes (1985), Juicio a Camps (1986), Juicios en el Exterior (España, Italia, Francia), Juicio por la Verdad (1999, La Plata), y causas penales previas a la anulación de las Leyes de Impunidad. Todas ellas causas que fueron abiertas en base a los trabajos de recolección que hemos aportado. Actualmente participa activamente como querellante de los siguientes juicios a genocidas: Causa ESMA, Causa Primer Cuerpo, Causa Campo de Mayo, Causas de La Plata.

La tarea específica actual es: constituirnos como parte querellante en los procesos judiciales para poder aportar las investigaciones realizadas ; realizar acusaciones; participar en la instancia oral. Además acompañar a los testigos junto al Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial (EATIP) cuando tiene que declarar (en particular a los sobrevivientes). La AEDD actúa además en calidad de testigo de concepto en las distintas instancias judiciales, aportando informaciones sobre el accionar del aparato represivo en las distintas jurisdicciones del país.

Es importante señalar que en el desarrollo de las causas judiciales contra los represores de la dictadura, el peso de la prueba recae en los querellantes y las víctimas, debido a la dejación de responsabilidades tanto del poder judicial como ejecutivo.

La constatación más clara y relevante de esto ha sido la ubicación de la Isla del Silencio. El 13 de mayo de 2013, se realizó la inspección ocular a esta isla que funcionó como apéndice de la ESMA, durante la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, en 19791.

La AEDD aportó la documentación necesaria para ubicar la isla y pidió judicialmente, el allanamiento de la misma. Casi 34 años después, sobrevivientes de este emplazamiento comprobaron que aún cuando faltan elementos por el lógico paso del tiempo, todavía permanecen restos y objetos identificados dentro y fuera de las casas que los marinos utilizaron como centro clandestino de detención.
La AEDD ha reclamado la preservación de este lugar como espacio para la memoria y material probatorio para las causas judiciales.

La determinación de preservar los edificios en los que funcionaron los cientos de campos de concentración instaurados por la dictadura, tiene como objetivo fundamental, la construcción de la historia colectiva e impedir su instrumentalización política.